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NO EXISTEN COMIENZOS NI FINALES,  SOLO MOVIMIENTO, SOLO… TAI CHI


NO EXISTEN COMIENZOS NI FINALES, SOLO MOVIMIENTO, SOLO… TAI CHI

Arq. Eduardo Barraza Regalado

El viento sopla, y de manera suave casi imperceptible, las hojas y los árboles comienzan a moverse, todo parece formar parte de una danza cósmica... y así conforme nuestra conciencia se mueve con ese ritmo, nos damos cuenta de ese sentimiento que nos invade... Paz, tranquilidad y una serenidad que solo nace del sentirse conectados, integrados con todo lo que nos rodea. Moverse lentamente, bajo los árboles, dar la impresión de que se respira al compás de una brisa suave; fundirse con la propia naturaleza en un ritmo curativo. La cabeza, los hombros, los brazos, el tronco, las piernas y los pies moviéndose como si fueran una unidad; continuamente, suavemente, reposadamente; como si se nadara en un elemento nuevo que lo invade todo; en un tiempo y en un espacio diferentes…

Son solo palabras pero intentan transmitir la experiencia de la ejecución del TAI CHI CHUAN, el arte chino del ejercicio suave. Se dice que este arte es hijo de las enseñanzas taoístas, pero sus orígenes han desaparecido en las nieblas del pasado. Describir este arte del movimiento, es tal vez, como tratar de describir la música o la pintura con palabras; es un intento destinado quizás al fracaso, pero aun así interesante.

Meditación, arte marcial, gimnasia o acupuntura en movimiento…

Los aspectos del TAI CHI CHUAN son múltiples, pero todos ellos suponen la actualización y movilización de una energía particular denominada CHI. Tal energía puede compararse a la sangre no solo porque se concibe como absolutamente necesaria, si no también porque circula así mismo a través del cuerpo, siguiendo vías llamadas “meridianos”.

Esta disciplina puede ser practicada por todos, sin distinción de sexo y edad. Tiene numerosos efectos fisiológicos, entre ellos el mantenimiento de la flexibilidad vertebral, la regularización de la circulación sanguínea y el equilibrio del sistema nervioso.

Barry Stevens describía el TAI CHI y su relación con la terapia Gestáltica como sigue:

“El TAI CHI es una disciplina de autoconciencia sutil y poderosa, una herramienta para estar mas en contacto consigo mismo. Es una manera de permitirse a sí mismo funcionar de modo natural y plácido, sin confundirse con las expectativas, deberes, esperanzas, temores y otras fantasías que interfieren con nuestro flujo natural. A diferencia de muchos caminos que llevan hacia la consciencia, el TAI CHI produce un goce estético al hacerlo, y también produce placer al observarlo desde afuera”

“Además de la utilidad y belleza del TAI CHI en si, me ha resultado valioso al igual que la corporalización y expresión de los procesos psicológicos que observo en el trabajo con la terapia Gestáltica. Si busco continuamente el amor de los otros, estoy sobre-activo, descentrado e inestable, apoyándome en cualquier persona con que contacte, tendiendo a caerme de bruces al suelo si el otro se va, Sí por otra parte, me abandono continuamente al miedo, estoy congelado, tenso y rígido, y la menor sorpresa me hará perder el equilibrio. Si me siento inseguro de mí mismo e inestable en mi propia base, todos mis contactos con los demás serán vacilantes y poco convincentes. Pero si logro centrarme y apoyarme en mi propia experiencia, puedo ir a todas partes llevando este centro en mi interior. Si estoy equilibrado ahora, puedo moverme en cualquier dirección que desee sin peligro de caerme, y mi contacto contigo es sólido y real: te llega desde la raíz de mi existencia”

No existen comienzos ni finales. El universo es movimiento, y éste, está en mí. Cuando me opongo a este proceso ó lo ignoro, (me meto en problemas). Cuando sigo su flujo y actuó sin forzar, algo sucede… TAI CHI.

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